El ser humano tiende a verlo todo blanco o negro, olvidando a veces que existe toda una escala de grises intermedios, que pueden aportar más soluciones o respuestas a nuestras inquietudes. También ocurre cuando queremos ayudar a una persona con depresión y ansiedad, o a un ser querido en esa situación, pero no sabemos cómo, ni qué le sucede exactamente.
«Quiero decir que los agujeros negros no son tan negros como todo el mundo cree que son. No son cárceles eternas, como lo creían antes. Tienen una salida y, tal vez, incluso llevan a algún otro universo. Si te sientes como si estuvieras atrapado en un agujero negro, no te desesperes, pues existe una salida».
-Stephen Hawking
Con este artículo quiero darte algunas claves cuando tratamos a personas con ansiedad o depresión.
¿Cómo ayudar a una persona con ansiedad y depresión?
Ayudar a una persona que sufre ansiedad y depresión significa acompañarle en su proceso. Este acompañamiento puede darse presencialmente si la tenemos cerca, o bien a distancia si no es el caso, usando los medios a nuestro alcance para estar en contacto con ella, y que igualmente pueda sentir nuestra calidez.
¿Y qué significa acompañar a una persona que sufre ansiedad y/o depresión?
- Ser conscientes de nuestras propias emociones y trabajar nuestra propia regulación emocional, pues afrontar el desafío de ver sufrir a la persona querida genera muchas emociones que pueden afectarle de vuelta, por lo que es necesario que tomemos consciencia de ellas y las trabajemos.
- Aprender a identificar síntomas de ansiedad y depresión en la persona cercana/ querida.
- Asistir a la persona en el proceso de gestión de su ansiedad, ayudándole a identificar dichos síntomas para que tome consciencia de ellos, y pueda expresarlos a su entorno.
- Apoyar emocionalmente a la persona que está sufriendo ansiedad o depresión. Esto conlleva la capacidad de reconocerle sus emociones y darles valor, validarle esos síntomas, y admitir que se sienta de una forma concreta ante ellos.
- No exigirle cambios ni mejoras, sino facilitar que exprese cómo se siente, y proponerle objetivos posibles, no desmesurados ni exagerados, que la persona pueda plantearse por sí misma y no le causen alta autoexigencia, ya que esto puede empeorar los síntomas. Para ello, la escucha activa es el camino más adecuado, recogiendo lo que la persona nos dice que podría intentar hacer y apoyándole en su valentía de hacer tal esfuerzo.
Así mismo, Pablo D´ors, en su libro Entusiasmo, hace referencia a la labor de la ayuda a través del acompañamiento, describiendo las sensaciones corporales y cómo éstas registran información del mundo exterior; información que es recibida a nivel somático y transmitida a nuestro cerebro, influyendo sobre nuestro estado emocional:
«Sentí cómo el tacto de aquella mano se extendía por todo mi ser. Nadie en el mundo sabe lo que el simple contacto de una mano, -una mano amada, naturalmente- puede proporcionar. El mundo entero puede estar en una mano, la historia, el universo, la locura, la razón»-
Pablo D´ Ors, Entusiasmo.
Un verdadero elogio al acompañamiento emocional y su impacto en la persona que está sufriendo, aliviando su sufrimiento.
¿Cómo identificar los síntomas de la ansiedad y depresión?
Para ayudar a una persona que sufre ansiedad en sus distintas variantes y gravedad (ansiedad ocasional o ansiedad severa, a largo plazo, configurándose en trastorno; ataques de ansiedad, ansiedad social, o ansiedad generada dentro de la dinámica de trastornos como la depresión, la adicción al consumo de drogas, u otras adicciones; trastornos alimenticios, entre otros), es necesario entender e identificar los síntomas, entre los que podemos encontrar:
- Dolores de cabeza.
- Problemas para dormir.
- Irritabilidad, cambios de humor.
- Opresión en el pecho.
- Temblores.
- Sudoración.
- Taquicardias (latidos del corazón más rápidos).
- Dolores musculares, tensión.
- Mareos, ganas de vomitar, desmayos.
- Rumiaciones (preocupaciones excesivas que se piensan una y otra vez).
- Conductas evitativas (evita ir a lugares o hacer ciertas acciones).
- Conductas negativas para la salud (beber/comer en exceso, consumir drogas ilegales).
Por otra parte, para ayudar a una persona que está sufriendo depresión hemos de detectar y entender otros síntomas concretos, tales como:
- Desesperanza respecto al futuro.
- Falta de energía (le cuesta hacer cosas en su día a día).
- Problemas de atención (no recuerda cosas que le hemos dicho, porque no estaba prestando atención).
- Desconexión emocional (se muestra ausente emocionalmente).
- Bajo concepto de uno mismo (baja autoestima).
- Problemas para disfrutar de cosas que antes sí disfrutaba.
- Ideas de suicidio.
- Falta de deseo sexual.
- Sentimientos de auto acusación y culpa cuando realmente no es culpable.
- Distorsiones cognitivas (piensa cosas que no son verdad sobre sí mismo, el mundo y los otros).
- Quejas continuas y pensamientos negativos.
Acompañar a la persona implica entender y comprender estos síntomas sin reprochárselos ni exigirle que desaparezcan, pues lo harán conforme su tratamiento en terapia avance, y llegue a encontrarse mejor.
Asumir que la labor del acompañante es apoyar emocionalmente a la persona, generar un espacio de seguridad donde ésta puede confiar en cómo se siente, y, por tanto, puede exteriorizar y expresar sus síntomas, permitiendo tanto a la persona como al acompañante ser más conscientes de los mismos.
Hablar sobre la enfermedad y su tratamiento: una vía para la persona afectada
Es fundamental el acercamiento a la persona que sufre ansiedad y/o depresión desde sus emociones, pudiendo tratar cómo se siente de manera natural, abordando incluso preguntas sobre ideas de suicidio para que pueda expresarlas, en caso de tenerlas. De esta manera, dichas ideas y emociones se hacen más conscientes, y podemos tomar el control de las mismas y considerarlas en su tratamiento.
Desde Psicología Estrella te ayudamos a que hacer tu terapia sea un proceso sencillo en el que te sientas cómodo con cada paso que das.
Te ofrecemos la posibilidad de realizar sesiones en línea a través de plataformas como skype o zoom, para aquellas personas que prefieran hacer su tratamiento a través de internet.