Las separaciones o los problemas de pareja tras un periodo vacacional son muy comunes, más de lo que cabría esperar, llegando incluso a enmarcarse dentro del llamado Síndrome postvacacional. Este síndrome se define como un cuadro de ansiedad propiciado por la vuelta al trabajo tras la etapa de descanso, facilitando un empeoramiento cognitivo (nuestras creencias) a nivel depresivo y, por tanto, aumentando la probabilidad de que surjan proyecciones y disputas en la relación de pareja, que pueden dar lugar a problemas de comunicación, u otros problemas más estructurados que se enmarcan dentro de discusiones constantes.
Desequilibrios en el mundo interno de la persona, donde una alta autoexigencia derivada de la presión del entorno exterior, y la falta de autocuidado personal (tiempo libre, tiempo para ocio) pueden generar un desequilibrio interno, desregulando emocionalmente a la persona, que acaba expresando sus emociones de la manera menos adecuada, dentro de su relación de pareja, o proyectando ese malestar interno en la misma, llegando incluso a generar algún tipo de ansiedad.
Y es que, además del estrés cotidiano, algunos sociólogos tan importantes como Zygmunt Bauman, hacen referencia a un cambio social sucedido en los últimos tiempos, generándose una sociedad más líquida a la hora de establecer lazos sociales, lazos que se debilitan más fácilmente que antes, siendo más corriente el proceso de divorcio entre las parejas.
La modernidad, según sus textos, ha generado un debilitamiento general en los sistemas simbólicos que le dan seguridad al ser humano, y que le permitían planificar su vida a largo plazo, destacándose el éxito como condición de sacrificio por medio del cual el olvido y el divorcio se presentan como dos alternativas tangibles.
¿Por qué aumenta el número de separaciones y divorcios tras las vacaciones?
De otra parte, las investigaciones realizadas respecto al mayor porcentaje de rupturas después de las vacaciones, refieren que el peso de dichas rupturas de pareja parte más de la propia expectativa personal sobre las acciones realizadas durante las vacaciones (viajes, eventos, encuentros con amigos o familia) aunque también del estrés que generan; y es por el hecho de que durante dichas acciones es habitual que afloren conflictos inconscientes, problemas de pareja no resueltos tanto individuales, como en la pareja.
Y es que durante nuestro día a día y todo lo que afrontamos, puede constituirse una neblina para reconocer cómo nos sentimos individualmente, en primer lugar; y cómo nos sentimos colectivamente respecto a nuestras parejas. Esa falta de conciencia, junto con la proyección (expectativa) de algo que no es, puede ocasionar una fractura del ideal, del sitio donde creemos estar, brindándose la posibilidad de sentir que ese lugar seguro que habíamos construido en pareja, ya no nos lo parece tanto. Y esa inseguridad es el espacio perfecto para la gresca, la discusión, el reproche, algo natural en el ser humano al sentirse desconectado del otro. Lo cual para los terapeutas es un haz de luz, una oportunidad de solucionar los problemas de pareja y la reconstrucción.
Además, las celebraciones nos conectan aún más con la vida, de manera que todo aquello que nos limite en nuestro desarrollo para ser felices, puede hacerse más consciente emocionalmente, en un periodo de tiempo muy corto, desregulando a la persona emocionalmente. Así, los estudios refieren que los conflictos ya existentes dentro del seno familiar se agudizan en año nuevo y, por ejemplo, durante las vacaciones navideñas.
Para prevenir esto, me gustaría referirte algunos hechos importantes que influyen en ello, y que habría que abordar:
Expectativas en relaciones de pareja (altas expectativas)
Todos tenemos expectativas respecto a los demás, y es lógico que del mismo modo estas se fragüen cuando pensamos en cómo queremos que sea nuestra pareja (ideal). Pero este mismo ideal, si es desmesurado, puede llevar a la decepción si se presenta de manera muy exigente y rígida sobre el otro, esperando incluso que la persona se comporte como habíamos imaginado; muchas veces sin comentarle siquiera sobre nuestra expectativa.
Es entonces ahí donde puede darse una fractura, entre nuestro ideal y la realidad, y comenzar dinámicas de exigencia dentro de la relación, vinculadas a la no aceptación del otro, incluso al rechazo. Por tanto, es importante, para prevenir problemas de pareja, detectar estas expectativas y trabajarlas, así como diagnosticar las dinámicas de exigencia que hayan surgido, derivadas de dichas expectativas.
Las vacaciones son un periodo donde se pueden agudizar estas expectativas al coincidir con periodos de descanso del estrés, donde idealizamos más el momento de ocio vacacional, y más aún a nuestra pareja exigiéndole cosas que en otras situaciones no demandaríamos, sobre todo si partimos de una base de alta expectativa desde un inicio.
Pareja unida, pareja feliz: técnicas de comunicación para parejas
¿Cuáles son las claves para que una pareja esté unida y feliz? En primer lugar, es de destacar la importancia de la conexión emocional en la pareja, por ello, entre las técnicas de comunicación a aplicar a la hora de tratar de resolver problemas de comunicación en la pareja, el primer punto a abordar es el restablecimiento de la pérdida de dicha conexión emocional.
Y es que debajo del desasosiego que hay entre las parejas con problemas de comunicación, existen preguntas fundamentales como:
- ¿Puedo contar contigo, apoyarme en ti?
- ¿Me responderás cuando lo necesite, cuando te llame?
- ¿Te importo?
- ¿Me valoras, me aceptas?
- ¿Me necesitas?
- ¿Confías en mí?
Cuestiones como estas se suelen hacer al otro para tratar de restablecer la seguridad lo antes posible, y es que perder la conexión con el ser amado nos hace sentir inseguros. Ante problemas comunicativos, aparece el pánico primitivo, y ahí hacemos dos cosas, o nos volvemos más exigentes y agobiantes en un esfuerzo de conseguir el consuelo y reafirmación de nuestra pareja, o bien nos distanciamos en un intento de calmarnos y protegernos a nosotros mismos.
Como sea, la intención real de ese acto es captar la atención del otro, evitar sentirse dañado, mantener el control y tranquilizarse. En este sentido, es importante definir el estilo de apego de cada miembro de la pareja para comprender mejor las posibles dinámicas que surjan dentro de los problemas de comunicación, para poder abordarlos. Y así, poder comprender que cada uno puede ser distinto, dándonos la oportunidad de calmarnos de una forma distinta, tratando de respetar al otro, para volver a establecer y favorecer una buena comunicación.
Conflictos familiares
Es innegable la influencia de nuestra familia en nuestro mundo afectivo, y, por tanto, sobre nuestra relación de pareja, al compartir este mundo con ella.
A menudo los conflictos familiares se ven volcados en nuestra relación, o bien nuestra pareja entra en conflicto con nuestra familia; algo que también nos afectará a nosotros consecuentemente, lo que repercute de vuelta en nuestra relación con la pareja.
Es importante que la pareja defina ciertos límites de cara a sus familias, para evitar que este deterioro de la relación derive al punto en que pueda darse una ruptura:
El respeto por parte de la familia por el espacio propio de la pareja es fundamental. Esto se resume en la no intromisión en cualquier área de su vida sin consentimiento, como por ejemplo no consultar cuándo poder visitarles, dar opiniones sin que sean solicitadas, o cuestionar las formas de crianza de los nietos.
Estos límites son importantes definirlos en pareja y mostrarlos a la familia, para prevenir que se generen problemas en la pareja, o conflictos que más tarde serán más complicados de resolver.
En el caso de que esos enfrentamientos se hayan generado, detenerse a escuchar la visión de nuestra pareja será fundamental, y a menudo un trabajo personal terapéutico servirá para tratar los daños generados por el conflicto en sí, ya que esos mismos daños pueden generar dificultad a la hora de poner límites de forma sana, perpetuando una situación indeseada.
Desde Psicología Estrella te ayudamos a que tu terapia en pareja sea un proceso sencillo en el que se sientan cómodos con cada paso que demos.
Te ofrecemos la posibilidad de realizar sesiones en línea a través de plataformas como skype o zoom, para aquellas personas que prefieran hacer su tratamiento a través de internet.
