La soledad es un sentimiento dónde aparece la necesidad de afecto o compañía del otro. El miedo a la soledad es bastante común en nuestra sociedad, una sociedad especialmente familiar, y frecuentemente emparejada. Según la última encuesta del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas), en España tres de cada cuatro españoles tienen pareja y llevan más de una década con ella, aunque no conviva con ella. Descubre en este post qué es la soledad y como superarla.
Qué es la soledad y como aceptarla
Una confesión, la soledad ha dejado de herirme (Mario Benedetti). El miedo a estar solos, esconde realmente un miedo a sentirnos solos, pero no podemos olvidar que realmente sucede que podemos estar solos y no sentirnos solos (estar en nuestra propia compañía), y también podemos sentirnos solos rodeados de personas.
Por eso es importante conocerse en la soledad, permitirse sentir y aceptar la soledad, afrontar el miedo a la soledad, pues aunque somos seres sociables por naturaleza, esto es, necesitamos al otro, por naturaleza, también es importante sentir nuestra presencia en la más absoluta soledad, y saber si ahí estamos a gusto con nosotros mismos.
En 1854 Henry Thoreau escribió «La vida en los bosques», un alegato a la búsqueda la soledad de un hombre que se refugia en la naturaleza, donde encuentra esa soledad que le permite tomar distancia del mundo, cuestionar los ritmos vitales del resto de ciudadanos, así como desprenderse de máscaras, de lo que pudiera distraerle de la esencia de sí mismo, prestando importancia a lo que realmente merece más importancia.
Y es que la soledad puede ser un sitio de paz, desde donde desprendernos de lo que nos resulta tan útil a nivel emocional, desde donde tomar conciencia de nosotros mismos y proyectar que queremos hacer en nuestras vidas, desde donde impulsarnos para encontrar lo verdadero.
Aceptar y no tener miedo a la soledad
Para aceptar la soledad y no tener miedo a la soledad o a estar solo podemos comenzar por buscar pequeños momentos a solas, en casa, o en la calle, paseando o tomando café, disfrutando de actividades que nos gusten, pero a solas. Exponerse a ello será extraño en principio si no estamos habituados y puede generar una inquietud o sensación de extrañeza, emociones típicas de sentir cuando nos exponemos a algo novedoso, pero seguramente esta sensación se desvanezca en poco tiempo, tras varias exposiciones, y comencemos a experimentar otras sensaciones más agradables y a disfrutar de pequeños momentos donde encontrarnos con nosotros mismos.
Estar en silencio, a solas, sin hacer nada, o realizar actividades que nos gusten, o incluso escribir sobre nuestras emociones durante momentos a solas, propiciará un encuentro con nosotros mismos que sea positivo, donde la soledad dejará de vincularse a algo desagradable como sentirnos solos.
Aún así, sentirnos solos es algo natural también, y no ha de ser algo rechazado, sino que puede vivirse como algo más, entre multitud de sentimientos, y puede ser algo tolerable si sucede en ocasiones, por lo que tampoco hemos de temer a ello. Si bien es diferente a sentir soledad crónica, sentimiento que puede llevarnos al aislamiento y síntomas depresivos.
Tipos de soledad:
La soledad es un mal en el siglo XXI, debido a los cambios sociales en una sociedad cada vez más estresante, demandante, exigente, e individual, donde reina el uso de la nuevas tecnologías, y la sobreimplicación en actividades. Un exceso de soledad puede llevar a sentirnos mal, surgiendo consecuencias negativas para la persona. Scalise, Ginter y Gerstein, detectaron cuatro factores vinculados al sentimiento de soledad:
- Agotamiento: descenso de la energía y el rendimiento vinculados, en esta ocasión, a la falta de sentido vital.
- Aislamiento: experiencia de segregación social.
- Inquietud: relacionada con la frustración, el displacer y la tensión asociadas a la soledad.
- Abatimiento: sensación de desaliento más ligada a la depresión.
Entre los tipos de soledad constan:
Gotensky (1965) distingue entre la soledad física, separación espacial o temporal de los demás, la soledad como sentimiento de ser rechazado por los semejantes o excluido de sus actividades e intereses cuando uno desea ser incluido y aceptado, la soledad como el estado de sentirse aislado, y la soledad como estado libre de dolor (soledad positiva). De esta manera se puede concebir la soledad como algo negativo (viviéndose de manera transitoria o crónica) y también como algo positivo.
La soledad puede deberse a factores temporales (cambios vitales en la vida de la persona tales como cambio de trabajo, mudanzas, pérdidas de amigos, rupturas sentimentales..) o bien puede cronificarse si se alargara en el tiempo. Además, una de las soledades más frecuentes en los últimos tiempos, es la soledad social.
¿Porqué nos sentimos solos socialmente?
En un mundo cambiante donde disponemos cada vez de menos tiempo a compartir, es fácil que se generen espacios donde sentir soledad, además un mayor uso de las nuevas tecnologías ha favorecido la comunicación a través de las mismas, reduciendo los encuentros en persona.
De otra parte, el tema de poder expresar cómo nos sentimos es fundamental pues a menudo no lo hacemos, o al hacerlo, no encontramos comprensión en nuestro entorno, de manera que podemos encerrarnos aún más en nosotros mismos, e irnos desconectando de cómo nos sentimos o del entorno.
Es por ello crucial seguir buscando esa conexión en nuestro entorno, a través del disfrute de actividades comunes, conociendo a nuevas personas, o expresando a las personas con las que sentimos desconexión sobre cómo nos sentimos, para ver si es posible mejorar el vínculo.
Aceptarnos a nosotros y a nuestras circunstancias
Si te encuentras en una situación de soledad, desde psicología estrella te recomendamos que intentes aceptarte a ti y a tus circunstancias , esta aceptación te va a permitir generar cambios en ti mismo y en tu entorno. Para ello la lectura de la soledad para poder comprenderte es un primer paso para seguir enfocándote en no desconectarte sobre cómo te sientes, aunque a veces sea desagradable, y seguir por ponerte en marcha para hacer cambios en tu vida (deporte, conocer a nuevas personas, comenzar antiguas aficiones o nuevas aficiones, etc.).
